25 de junio de 2018

¿FLOTA, SE HUNDE O SE DISUELVE?

En la última Unidad Didáctica del curso, una de las actividades que hemos realizado ha sido experimentar con el agua y los objetos para descubrir su flotabilidad. El objetivo es que a través de la manipulación de objetos y la observación directa, sean capaces de hacer conjeturas de lo que va a pasar, así como tratar de dar una explicación de lo que sucedió, progresando en su conocimiento del mundo natural.

Preparamos en la asamblea un barreño con agua y objetos de varios materiales, y con cada uno de ellos les pregunté qué es, si saben de qué material está hecho, y que hicieran conjeturas sobre qué iba a pasar: si iba a flotar, se iba a hundir, o si se iba a disolver (aclaramos primero qué significan estos tres conceptos, porque algunos no sabían qué es flotar, hundirse o disolverse). Y después, uno de ellos salía a meterlo, para comprobar qué era lo que realmente pasaba.
Estos fueron los materiales que metimos en el barreño de agua.
Fuimos pasando los objetos para verlos, tocarlos, olerlos...
Fui anotando sus hipótesis sobre lo que pasaría al meter cada material al agua, y estas fueron sus ideas:
Como veis, la mayoría de hipótesis se basan en el peso y el tamaño de los objetos a introducir en el agua. Algunas respuestas son muy curiosas, como la de que "las hojas de toda la vida flotan", que "las cosas planas flotan porque se quedan apoyadas en el agua", o que "las piedras se hunden porque el agua no puede soportar su peso". También hubo debate con la madera, cuando dijeron que "depende de la cantidad de madera que tenga" y alguien respondió que las barcas flotan y tienen mucha madera. Me sorprendieron ideas como que "el corcho si lo dejamos mucho tiempo se disuelve porque se le mete el agua dentro", o que "en el mar la sal flota porque si le das un trago está salada". Y me encantó la explicación de que "si echas azúcar, estar está, pero se camufla con el agua". Como veis, siempre es interesante darles la palabra, que expresen e intercambien sus ideas es enriquecedor para todos. Y cuando finalmente metemos el objeto en el agua, pueden comprobar si tenían o no razón.
Al día siguiente, completaron una ficha en la que registraron las observaciones realizadas. Tenían a su disposición los materiales y dos recipientes transparentes para experimentarlo de nuevo. En la ficha escribían el material que iban a meter (practicando escritura libre, porque no estaban escritos en ningún sitio para copiarlos), uno del equipo lo metía (por turnos), y en la casilla correspondiente debían hacer una cruz (intentamos que ellos mismos se orientaran en la tabla).
Fue una actividad que les gustó mucho.

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