En primer lugar, realicé una selección de juegos que no hubieran estado nunca disponibles en clase (la mayoría los encontré en el almacén de infantil, otros los traje de mi casa de la playa, y el más atractivo lo compré: la arena mágica). Debían ser juegos sencillos, que no ocuparan mucho espacio, y unos más divertidos que otros. En total seleccioné tantos juegos como alumnos, más uno (para que el último que escoge juego tenga también la opción de poder elegir).
Tal y como se hizo el año pasado, fotografié todos los juegos y preparé tarjetas con las fotos y el nombre de cada juego, plastificadas y con velcro. Preparé también tarjetas con las fotos y los nombres de los niños/as de clase. Y elaboré un panel (uno para toda la clase) con 3 columnas: la izquierda numerada del 1 al 19 (el número de niños/as de clase), y las otras dos con casillas con velcro, la columna central para las fotos de los niños/as y la derecha para las de los juegos que cada uno elija.
Para crear expectación, les dije a los niños/as que le había mandado a Flama una carta para decirle que nos gustan mucho sus juegos y que en clase están haciendo muy bien todo lo que sus juegos nos enseñan: enfriarse cuando se enfadan, buscar las diferencias en los detectives, elegir a qué quiere jugar todo el equipo por mayoría, hacerse cumplidos, etc. Y les dije que teníamos que esperar a ver si nos contestaba a la carta (aprovechamos así para enlazar con el proyecto de los medios de comunicación que estamos desarrollando en el Centro).
Un día, la seño Jose vino a clase y nos trajo una caja con una carta, diciéndonos que lo había dejado esa mañana el cartero. ¿De quién sería? Sólo con ver el sello lo adivinaron... ¡¡era una carta de Flama!!
Se pusieron nerviosísimos, todos aplaudían y querían abrir la caja inmediatamente. Aguantaron un poquito hasta leer la carta y ver qué nos decía que teníamos que hacer. Esto es lo que decía la carta:
"Queridos niños y niñas de 5 años:
Como sé que os gustan mucho mis juegos, os mando un regalo: una caja llena de juguetes de mi cole.
Solo os pido una cosa: cuando vayáis a jugar con ellos, cada uno elegirá un juguete de la caja por turnos. Y cada día, el turno correrá una posición.
Si cuando te toque elegir no está el juguete que más te gusta no pasa nada, otro día cuando el turno suba igual tienes más suerte y puedes elegirlo.
Un saludo, ¡Que lo paséis bien!
Firmado: FLAMA.
¡¡Eran juegos del cole de Flama!! ¡¡Qué ilusión les hizo!! Abrimos la caja... y como véis, ¡algunos hasta se echaban las manos a la cabeza al ver tanto juego junto!
También había un cartel con las tarjetas de todos los juegos. Fuimos cogiéndolas una por una, leyéndolas para saber cómo se llama cada juego, y sacando el correspondiente juego de la caja para ver qué es y cómo se juega.
Ese primer día tardamos mucho en ver todos los juegos y no nos dio tiempo a jugar, lo que aumentó la expectación ante este "juego de turnos". Al día siguiente, volvimos a sacar la caja, volvimos a leer la carta de Flama, volvimos a recordar todos los juegos de la caja, y el Ayudante de Flama elegido ese día fue quien estableció los turnos del juego. Para ello, fue sacando las tarjetas con las fotos de los niños/as de una bolsa y colocándolas en el panel de la toma de turnos en el orden en que iban saliendo. Así quedó establecido el turno en el que se elige.
Antes de elegir los juegos, recordamos las instrucciones para este "juego de turnos":
- Cada niño/a, siguiendo el turno establecido para ese día, elige un juego de entre los que estén disponibles cuando le toque. Debe coger la tarjeta del juego elegido, decir en voz alta qué juego es, y colocar la tarjeta junto a su foto y número de orden.
- Primero todos eligen un juego, sin cogerlo. Cuando todos han elegido, se reparten los juegos y cada uno se lo lleva donde vaya a jugar. Nadie empieza hasta que se pone el cronómetro en marcha (de este modo, todos jugarán el mismo tiempo).
- Los juegos no se pueden compartir. Cada niño/a juega con el juego que ha elegido.
- Los juegos no se pueden cambiar. Deben asumir las consecuencias de su decisión.
- Solo se puede jugar durante 10 minutos (para controlarlo, utilizamos ESTE crono en la PDI).
- Si alguien se enfada y no quiere ninguno de los juegos que hay disponibles cuando le toca... tendrá que pasarse los 10 minutos aburrido, porque como hemos dicho, los que hayan elegido antes no pueden ni cambiarle el juego ni compartirlo con él/ella.
- Cuando acaban los 10 minutos, todos deben recoger su juego, devolverlo a la caja, y volver a poner la tarjeta del juego en el panel de juegos.
- Cuando todos han recogido y colocado en su sitio las tarjetas, establecemos el turno para el siguiente día que juguemos. Para ello, la maestra pasa la foto del niño/a que eligió primero al último lugar, y el resto sube una posición: el 2º pasa al 1º, el 3º al 2º… y así sucesivamente.
Me hizo mucha gracia un día que una niña se acercó en el patio y me preguntó: "¿hoy vamos a jugar a los turnos?". Le pregunté si quería jugar, y me dijo "pues no lo sé seguro... por un lado no quiero jugar porque me toca elegir la última, pero por otro lado, cuantas más veces juguemos más arriba estaré en el turno y mejor juego podré elegir". ¡¡Una respuesta genial!!
Os enseño unas cuantas fotos de los niños/as durante el juego:
Como podéis ver en las fotos, cumplen perfectamente las reglas de que no se puede cambiar ni compartir los juegos que eligen. Y suelen controlar el tiempo que les queda sin mostrar ansiedad (incluso cuando quedan aproximadamente 20 segundos, suelen hacer cuenta atrás). Permanecen atentos y pacientes mientras los demás eligen para enterarse bien de lo que cogen, y no suele haber frustración cuando otro elige el juego que habían pensado coger, como mucho algún "jo, ese lo quería yo".
El próximo trimestre continuaremos con este "juego de turnos", que no tiene un momento fijo en el horario, pero que solemos hacer un par de veces por semana.
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