La idea original de esta actividad la encontré en el blog La clase de Miren (pincha AQUÍ para verla), y me gusta tanto que este es el tercer grupo con el que la pongo en práctica. Es una actividad en la que a través de los nombres propios de los niños/as de clase se trabajan muchos contenidos lógico - matemáticos: longitud (nombres cortos/largos), cardinalidad (cuánto "mide" cada nombre), ordenación (del más largo al más corto), agrupación y clasificación (por el número de letras), comparación (entre los distintos nombres, o los nombres con otras palabras), etc. Y por supuesto, contenidos propios de la lectoescritura (conciencia fonológica, correspondencia grafía - fonema, conciencia silábica, conciencia de rima, etc.).
Para adaptar la actividad a las necesidades de nuestra clase, preparé una fila con la recta numérica del 1 al 10, en la que la casilla de cada número era del color de su forma numicon correspondiente (es uno de los patrones de los números que usamos en clase). La pegué en papel continuo, y dibujé debajo una tabla con una fila para cada niño/a.
Cada día, fuimos escribiendo el nombre del encargado/a con una letra en cada casilla de la fila correspondiente, analizando después si es un nombre corto o largo, cuántas letras tiene, qué otros nombres ya escritos en el medidor tienen el mismo número de letras... ¡Todo lo que se nos ocurría!
Enseguida se dieron cuenta de que podían saber cuántas letras tiene un nombre no sólo contándolas, sino también subiendo la columna de la última letra y viendo a qué número había llegado. Esto les ayuda a afianzar el principio de cardinalidad: el cardinal o número de elementos de un conjunto es el último número que digo cuando los cuento.
Después de varios días, por fin completamos nuestro medidor:
Cuando estuvo completo repasamos las letras con rotulador negro para que se vieran bien, recortamos cada nombre individualmente, y en el rincón de plástica cada uno lo colocó debajo del medidor y comprobó el número de letras que tiene su nombre y de qué color tenía que colorearlo.
Cuando tuvimos todos los nombres coloreados, nos sentamos en la asamblea cada uno con su nombre delante y fuimos ordenando debajo de la recta numérica los nombres desde el más largo hasta el más corto. Para ello, fuimos viendo los colores de cada número del mayor al menor, y colocando los nombres del que más letras tiene al que menos. Los nombres que tienen el mismo número de letras los colocamos por orden alfabético, mirando en el abecedario que tenemos debajo de la pizarra el orden en que aparecen las letras.
Una vez ordenados, pudimos analizar otras cosas: que los que tienen el mismo color es porque tienen el mismo número de letras y por tanto llegan hasta el mismo número del medidor; que al tenerlos ordenados parece que se forma una escalera; que los más largos llegan más lejos en la recta numérica, etc.
Hemos puesto el medidor en la pizarra que hay entre la asamblea y el rincón de las letras para poder recurrir a él cuando analizamos el nombre del encargado o cualquier otra palabra que nos surja.
Como aplicación de esta actividad, finalmente realizamos una ficha en la que cada uno tenía que escribir las letras de su nombre en un medidor, decir a qué número llegan, escribir su número de letras, y colorear si es un nombre corto, mediano o largo.
Como decía al principio, con estas actividades hemos trabajado muchos contenidos. Además, les ha gustado mucho porque sus nombres les hacen ser protagonistas de la actividad.
Este trimestre hemos practicado otras actividades con sus nombres propios como protagonistas, pero eso os lo cuento otro día...
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