En primer lugar preparamos ceras blandas de 3 colores: rojo, azul y amarillo. Los niños/as sacaron uno al azar, para evitar conflictos por preferencias personales. A continuación, presentamos 3 músicas diferentes, una asociada a cada color, y una cuarta música común para todos los colores. Hicimos un par de pruebas de atención, en las que cada uno debía levantar la mano cuando sonara su música, para comprobar que habían asociado el color elegido a la música correspondiente. Para facilitar la identificación de las músicas hicimos hincapié en algunos rasgos que las diferencian:
- AZUL: "Claro de luna". Invita al descanso y la relajación.
- ROJO: "Danza rusa". Rápida, invita al movimiento.
- AMARILLO: "El otoño". El sonido de los violines recuerda al movimiento de las hojas.
- TODOS: "Himno de la alegría". Es el único fragmento vocal.
Poco a poco el papel se fue llenando de todo tipo de dibujos, y los niños disfrutaron mucho con la actividad. Y a las maestras presentes nos gustó mucho observar las reacciones de los niños y niñas, porque están los que hay que recordarles cuál es su música para que pinten, los que pintan cuando no es su música y hay que recordarles que no deben pintar cuando no es su turno, los que aunque saben que es su turno no pintan hasta que ven que los demás de su color lo hacen, los que no persisten cuando es su turno y paran de pintar aunque su música siga, los que al principio saben cuál es su música pero a mitad de la actividad ya lo han olvidado, los que no pueden evitar decir a qué color le toca... ¡Es una actividad fantástica para observar el funcionamiento ejecutivo de cada niño/a! Puedes ver un par de vídeos grabados durante la actividad AQUÍ y AQUÍ.
Finalmente, volvimos a la asamblea para analizar el resultado de nuestro trabajo grupal, y para repasar la actividad con preguntas del tipo ¿en qué teníamos que fijarnos para realizar la actividad? ¿ha sido fácil o difícil? ¿qué ocurre cuando no ponemos atención? Los niños/as manifestaron que les había gustado, y que lo más difícil no había sido esperar su turno, sino retirarse cuando era el turno de los otros.
Fue una actividad muy interesante, en la que todos disfrutaron realizando un trabajo conjunto a la vez que progresaron en el desarrollo de la capacidad para tolerar la frustración y para aceptar la espera de turnos.
Así quedó la "obra de arte" al final de la sesión. |
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